Existen dos extremos sumamente dolorosos que tanto las aglomeraciones como los indivoduos humanos no han podido manejar como las otras especies:
1. Dejar son líder a alguien sin liderazgo.
2. Imponerle falsos líderes a gente con liderazgo.
Las otras combinaciones posibles no sufren tanto.
Lennarth Anaya
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