Auto-empatía

"Es indiscutible la importancia de la preservación de las especies, pero no a costa de la vida humana", alega la BBC en una nota sobre cazadores furtivos, sugiriendo que la existencia nociva de éstos es más saludable que la de los animales que están asesinando.

Es evidente la intención de la BBC en sus notas tendencistas, no sólo en favor de la industria de la explotación animal, sino también en la política; siempre hablando mal de determinados dirigentes mundiales que no obedecen a los intereses de su gobierno y sus aliados, sin objetividad, más como voceros que como periodistas, con infames y evidentes intentos por mostrar imparcialidad con alguna que otra nota que concede un diminuto beneficio de la duda; una vulgar editorial cuya justicia se carga del lado del dinero. No es la intención de la nota hanlar de periodismo, pero de alguna forma debemos exigir la rectificación de un comportamiento mal intencionado.

Como ya señalé en alguna entrada anteriormente, la filosofía del "está primero la vida de cualquier ser humano, que la de cualquier animal", es idéntica, sólo con mayor descaro tal vez (por ahora), que la de quien considera que la vida de un torero es más valiosa que la del toro, sin importar la intención de ambos; o que la vida de un asesino criminal es más valiosa que la de cualquiera o alguna de sus víctimas si el asesino tiene un parentezco familiar y todas esas víctimas no; o que la vida de un soldado que asiste a una guerra a otro país es más importante que la vida de cualquier civil de ese país sólo por tener otra nacionalidad.

Aquel policía blanco que intentó extorsionar a un civil de tez obscura y le dispara cuando éste intenta defenderse y la gente apela en favor del policía por tener la piel blanca. O de forma análoga, cuando el civil era un violento asaltante al que martirizan sólo por su color de piel.

Esta mentalidad ciega, no sólo se debe a la ignorancia y a la falta del ejercicio del pensamiento y el criterio, también está apoyada por la conveniencia de protegerse a sí mismos de no correr la misma suerte que alguien con quien comparten algo, en mayor grado, frente a alguien con quien comparten menos, aunque también compartan con ellos algo. Entonces la vida de cualquier terrícola se vuelve más importante que la vida de cualquier criatura alienígena cuando ese criterio abarca, debido a las circunstancias, una gama de similitudes más amplia, siempre sin importar lo que es justo e injusto, es decir, sin importar lo que a cada quien corresponde debido a su intención y no a su grado de semejanza.

Es un discurso cínico que demuestra con descaro que la mayoría no cree en la justicia, sino sólo en la conveniencia, en la lucha de poderes, en la negociación, en la empatía consigo mismos, autocondescendiente y prepotentemente.

Lennarth Anaya

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