El niño no debió caer en esa jaula, el gorila ni siquiera debió estar en ella

Supe de un video que hablaba del asesinato del gorila en el zoológico de Cincinati (lástima que ya no lo encuentro). Insinúa que la vida de cualquier ser humano es más valiosa que la de cualquier animal.

Obviamente esas mismas personas piensan que la vida de su hijo es más importante que la del tuyo (seguro estoy de que mis seres queridos diferirán, o dejarán de ser queridos con la misma mano en la cintura con la que desprecian a los demás); que la vida de alguien con su mismo color de piel o que adora la misma bandera es más importante que la de alguien con otro color de piel o que fue, gracias al azar, inducido a besar una bandera distinta.

Confío en que la gente dejará de enviar a sus hijos al colegio sólo para aprender a tragar y comenzarán a razonar de verdad, además de adquirir habilidades que nos ayuden a mejorar nuestras técnicas, lo cual sigue siendo necesario.

Ponemos valor a las cosas porque nos permite realizar intercambios, independientemente del modo de producción. Es inadmisible que en la era de Internet la gente no entienda que hay cosas que no tienen valor, que en la mayoría de los casos no existe razón para "realizar ese intercambio", mucho menos de vidas, de siquiera ponernos en esa situación por cualquier capricho.

Analizando la situación del gorila, obviamente yo también habría disparado para evitar que zangoloteara al niño, el niño no tiene la culpa de haber caído, los niños confían sus vidas a los adultos. Todos aquellos adultos que por cualquier excusa (en la mayoría de los casos) o hasta razón justificable, no tenga el potencial que se necesita para criar un ser humano de manera inteligente, digna y responsable, debe ser esterilizado. Es demasiado alto el costo de permitir que la gente tenga libertades totales y absolutas sin importar las precarias capacidades cognitivas que tengan.

Es tan fácil refutar el pensamiento de que la vida de cualquier humano es más valiosa que la vida de cualquier animal, pero es tanta la mucheumbre que lo comparte, que me rebajé a dedicarle tiempo para contradecirlo con sólo un claro ejemplo de entre tantos, de cuando es preferible que fallezca el invididuo humano que el individuo animal que tiene en frente en la siguiente foto:



El niño no debió caer en esa jaula, el gorila ni siquiera debió estar en ella.

Lennarth Anaya

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