La voluntad de la inteligencia

Conformidad

Siempre han pensado que la gente idiota se distingue irremediablemente de la gente inteligente por factores fisiológicos. Yo en cambio considero que es pura voluntad pura, un mero deseo de profundizar en un pensamiento que todos tuvimos, que la mayoría por desinterés y holgazanería (estupidez) se conformó en dejarlo de manera superficial.



Ruido

Más allá de que el cerebro se ejercite como cualquier músculo del cuerpo, existe el factor ruido, provocado o al menos aceptado por nosotros mismos, y que entorpece la interpretación de esas ideas generadas por uno mismo o transmitidas por algún otro ente o grupo de entes a cualquiera de las siguientes posibles emisiones:


  1. Nuestras vivencias anteriores en esta vida podrían ser procesadas por nuestro subconsciente y nos son devueltas por él mismo como deducciones de situaciones con las que no nos habíamos enfrentado. Nuestro cerebro pudo procesarlas y anticiparse, y las interpretamos como reflexiones de un tercero porque todo el procesamieto fue inconsciente.
  2. La información es transmitida en nuestros genes y por ello recibimos ese conocimiento sin necesidad de que nosotros hayamos trabajado en formularlo desde cero.
  3. Una entidad marciana nos envía esas señales por medio de ondas electromagnéticas.
  4. Una entidad divina es la que nos envía esas señales, es una entidad superior que no está a nuestro nivel y no tiene medios para rebajarse a nuestro estado físico y forzarnos uno por uno, a hacer lo que debemos hacer, tal y como nuestro cuerpo no puede re-nacer como un igual para jalarle las orejas a cada una de nuestras células cuando se están comportando de manera nociva, pero que sin embargo reciben estímulos de nuestro cuerpo para que se recuperen por ellas mismas y sanen lo que se está descomponiendo.
  5. Somos todos, incluyendo a todas las otras especies del planeta, los que en mayor o menor proporción acorde a la capacidad de nuestro cerebro (siendo los cetáceos los que mayor información podrían estar aportando, por tener el cerebro más desarrollado en el planeta de entre las especies conocidas; y las bacterias los que menor información aportan, por su simpleza mental), los que estamos emitiendo telepáticamente esas sensaciones que pueden ser recibidas por todos los demás, e interpretadas de manera eficiente o deficiente, según las características de cada individuo de cada especie. 


Sin importar, por ahora y para el objeto de la presente crítica, cuál sea la fuente emisora del conocimiento, el mismo pasa desapercibido tal y como pasa desapercibida una onda de radiofrecuencia si no hay una antena receptora, o tal y como pasa desapercibido un trágico acontecimiento ante las masas cuando éstas fueron expuestas a "cortinas de humo" que atrajeron su atención, misma que no puede enfocarse en dos cosas distintas al mismo tiempo. Luego entonces, por evidente que sea el suceso, éste no va a existir en la mente de los espectadores y por ende, para ellos no ocurrió, tal cual no cayó el árbol del bosque sólo porque ellos no lo vieron y el árbol ya hasta se secó y no ven ellos ya rastro alguno.

Nuestras mentes entumecidas, conformes, están siendo distraídas no sólo por el escándalo que provocan nuestras industrias transformadoras, de transporte y de entretenimiento; no sólo por nuestra actividad económica ni por las drogas legales e ilegales que consumimos para evadir nuestra existencia; sino por toda nuestra propia actividad rutinaria. Es decir, que cuando no pasa un rato sin que tengamos que encender el estéreo o ponernos unos audífonos para escuchar música; cuando no estamos ansiosos buscando reunirnos con quien platicar porque la soledad nos angustia; cuando no es el propio transitar de los demás el que nos obliga a mantenernos alerta; somos nosotros mismos los que provocamos ruido incluso cuando leemos los libros más intelectuales, o vemos los documentales más esclarecedores, por ejemplo.

Dormir no es el mejor estado receptivo del cerebro y si cuando no estamos haciendo algo estamos durmiendo, es decir, descansando, no permitimos que en algún momento del día nuestro cerebro sea receptivo (receptivo así mismo, si usted desea y sólo acepta los incisos 1 y/o 2 enunciados arriba como lista de emisores de pensamiento y sensaciones).

Leer libros y ver documentales que nos inviten a pensar concientemente no son ruido nocivo, por el contrario, son indispensables también y concentrarnos en siempre tener nuestro cerebro en modo de comunicación universal sería causarle ruido ahora a la conciencia y al conocimiento consciente que nos transmitimos a manera de herencia cultural y nos permite subsistir ante la adversidad física.


Al carecer de estudios al respecto, y al no desear atribuir esta crítica a doctrina alguna, no denominaré a ese estado de conciencia de ninguna forma, me contentaré con señalar que considero indispensable dedicarle tiempo a buscar ese estado y no sólo ser receptivos, sino también transmisivos y aportar información en el lenguaje universal, al Internet universal.

Las razas dominantes de seres humanos han intentado entrenar animales y a otras razas humanas para que todas hablen su propio idioma, en lugar de tener la voluntad de hablar el idioma universal.


Lennarth Anaya

Comentarios