Tajantemente

Comenzó con inconsistencias, luego vi que los religiosos actúan bajo normas estipuladas hace años sin meditarlas y las defienden con fiereza, con el plausible argumento del "porque sí". Entonces me percaté, con un poco de honestidad, de que la religión es peligrosa, no es un chiste, no es "un gustito", es energía pura, es el impulso ciego de entes con fuerza física y poder de mando capaces de tomar decisiones terribles sin argumento intelectual que se les anteponga... y renuncié, como son ellas, tajantemente.

Lennarth Anaya

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