La finalidad de la vida de la sangre joven

Mi sangre joven preguntándose qué sentido tiene la vida, decepcionada de observar tanta estupidez y egoísmo regados como esporas, arrasando con lo que en su camino encuentran.

"¿Por qué no alejarse a una montaña a vivir lejos de ellos?", me preguntó.

¿Cómo podrías acceder al conocimiento entonces?, voltearías a ver las estrellas y te harías las mismas preguntas que millones se han hecho en el pasado, y que miles han ido respondiendo con alto grado de certeza. Las enfermedades más simples volverían a causarte estragos, tu concepción del mundo volvería a simplificarse. En tan sólo una o dos generaciones tu devoción por el planeta, con la conciencia con la que renunciaste a la tecnología y el conocimiento, se habrá perdido y tus descendientes tendrían ahora el mismo deseo de sobresalir que la juventud embobada de ahora y se pondrían a cambiar su paraíso a cambio de maravillosos espejos y tablets. La repetición del ciclo al que obliga la ignorancia.

Los genios más grandes produjeron conocimiento para todos sin intereses monetarios, renunciando les entregaríamos ese conocimiento a los depravados codiciosos que lo merecen tanto como tú, mientras la gente buena nos resguardamos en algún rincón del planeta, esperando a que nos alcancen a nosotros o a nuestros nietos y hagan tratos desiguales aprovechando nuestra ignorancia.

Si bien se requiere el desdén a la opinión pública y los excesos, y vivir con lo menos indispensable en mayor armonía con el ambiente para verdaderamente ser, sería un grave error mostrar ese desdén por el saber, alejarse y dedicarse de tiempo completo a sembrar y cosechar, y otras actividades monótonas que requieren un gran esfuerzo y mucho tiempo y que impiden dedicar tiempo a la reflexión y el entendimiento de las reflexiones de otros pensadores. Después de todo son ellos, los consumistas, los que están equivocados, son ellos los que necesitan modelos más dignos a seguir para dejar de avanzar en zig-zag. Son ellos los que están equivocados.

Las grandes mentes no pueden ser las que se entregan al glamour, pero tampoco puede hacer mucho el que limitó sus neuronas.Intentan no hacerles publicidad, pero la gente más inteligente lo que disfruta es pensar; no las actividades repetitivas; no la acumulación de materia.

Lennarth Anaya

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