Ambientalistas y hombrecitos de negocios

El calificativo ambientalista no denosta a quien se le es dirigido, sino denigra a quien la pronuncia. Como el perrito que no defiende su colchoneta cuando su hermano la está mordisqueando y después de la parranda ninguno de los dos tendrán en dónde dormir. Un calificativo ingenioso inventado por los business men industriales, hombrecitos de negocios que quieren vivir mejor que los demás, bajo sus simplistas aspiraciones, para sectorizar y polarizar al despertar de un cambio de conciencia que les amenaza sus inescrupulosos valores y estilos de vida.

Lennarth Anaya

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