Control natal... natural

Una idea que me pareció escalofriante me ha perseguido hace unos días.

Después del fallecimiento de algunos familiares y mi perrita, quien me dejó 5 de sus crías, y en quienes observo mucho de ella, cosas buenas. Su inteligencia me parece mayor y me atormenta el pensamiento de que los esterilicé a todos y todas sus vivencias y experiencias no serán heredadas a nadie. Los paseos coordinados con mi bicicleta, las rocas escaladas, los entrenamientos en el agility, el entendimiento de las reglas cuando jugamos todos pelota para que respeten al ganador de forma civilizada y esperen la diversión del siguiente turno, que no podría darse si hubiesen peleado en el primero, la socialización con otras especies y con humanos, todo ese conocimiento morirá con ellos.

Lo mismo con mis antecesores, en quienes encuentro varios defectos. Yo mismo me canso ya muy rápido y me ha costado trabajo aprender a nadar, mi cerebro se ha estancado, entre otras limitantes que no tenía hace unos años. Ver cómo penosamente millares de seres humanos creemos que venimos al mundo a descansar y ver TV y deglutimos alimentos que pensamos aprovechar de la mejor manera, sin un propósito grande.

La idea misma de que somos un montón de células que se remuevan constamtemente de tal forma que somos alguien nuevo en tan solo unos años invitan a pensar que la inmortalidad es factible, pero la naturaleza no la desea. De la misma forma en que nuestras células se las ingenian para no perder información mientras se regeneraron absolutamente todas ayudan a pensar de manera menos egocéntrica.

La manera en que la vida explota y busca su camino aún en las peores condiciones, priorizando a las especies sobre los individuos, la forma en que todo el universo se mueve, parece que la vida misma considera un desperdicio otorgar demasiado tiempo a un solo ser para btindarle la oportunidad de mejorar y evolucionar, sabiendo que éste llegará a un clímax de su desarrollo y se mantendría en un punto de confort, lejos del abrumador esfuerzo al que los organismos deben ser sometidos para superarse, esfuerzo físico y mental al que son expuestos todos los infantes al tener que "alcanzar" a los adultos de su época en sus logros, para después superarlos por instinto natural, llegándose a estancar en determinada edad madura.

Otra forma de no destruir el planeta con nuestra sobrepoblación , contrario a lo que yo mismo he manifestado, podría ser vivir intensamente, gastar neuronas y músculos, reproducirse, defenderse y no vivir demasiado ociosamente. Heredar mejores genes en un espacio de tiempo mejor aprovechado, viviendo menos pero más intensamente.

Lennarth Anaya

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