Tanta pinche igualdad

29 de Abril del 2015, "es legal excluir a homosexuales en donación de sangre en Europa":

http://m.aristeguinoticias.com/2904/mundo/es-legal-excluir-homosexuales-en-donacion-de-sangre-en-europa-tribunal/

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De hecho, a un heterosexual también se le niega su donación de sangre si tuvo varias parejas sexuales en un periodo corto de tiempo. Es por la salud del receptor, no se agrede ninguna garantía individual del donante al no aceptársele su amable donación. Es cierto que muchas veces en el sector público se condiciona (lo cual ni debería ser necesario) a la intervención quirúrgica de un familiar sin donar un mínimo de sangre, pero no se puede arriesgar la vida de alguien más, que se pretende curar, por negligencia y por la salud de alguien más, tampoco "en el nombre de la igualdad".

Y es en el nombre de la igualdad que las personas homosexuales exigen poder adoptar hijos. Es en nombre de la igualdad que las mujeres desean tener bebés, "tal y como las demás", sin importar si que el padre sea digno o no, sin importar la propia criatura misma, es el estatus que se adquiere el que importa. Es en nombre de la igualdad que las personas "desean tener un perrito", no por el bienestar del perro, sino el propio. En todos estos casos es el egoísmo el que los mueve a exigir. ¿Cómo podría estar mal que una pareja de homosexuales brinden hogar y apoyo a un niño que encontraron sufriendo?, al que conocieron de manera hasta accidental y cin el que se relacionaron naturalmente; pero no es eso lo que buscan las personas, buscan el estatus ante la sociedad, buscan que el niño les llame "papá", o "mamá", según el gusto e ideología de los tutores involucrados. Ser iguales a los demás siendo distintos; con un, a mi parecer, poco sincero orgullo de no ser iguales a la muchedumbre. Por otra parte, cómo podría estar mal una dama que no encuentre una pareja digna y busque criar, por sí sola,  una criatura cuyos excelentes valores van a mejorar la vida de quienes le vean desarrollarse, pero no es eso lo que busca mayoría, ven a los hijos como simpáticos juguetes que brindan compañía y pueden redituar de diversas formas la inversión realizada.

En el nombre de la igualdad la gente quiere tener al menos lo mismo que los demás, pero apelan constantemente a que se les tome en cuenta sus atributos que los hacen distintos de los demás, más por capricho, que por justicia.

Lennarth Anaya

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