Mi aversión contra el aborto, mi entendimiento del sufrimiento de un feto, no limita mi capacidad por entender el sacrificio que implica ser una madre soltera. Pero mi capacidad por entender el gran sacrificio de una madre soltera no limita mi capacidad para vislumbrar las estupideces que encierra el comportamiento vulgar de los individuos promedio.
Tan solo las palabras que vociferan demuestra por qué están en las condiciones en las que están. Una madre soltera susurró en alguna ocasión en una reunión de amigos "soltero maduro...". Algunos obesos deprimidos me han dicho "si no te casas eres gay". En ambos casos he analizado la vida de esas personas, una buscándole un padre a sus niñas, los otros llendo a tables para evitar llegar a su casa temprano, o buscando por ahí alguna mujer de moral ligera que le ayude a distraerse. Otro, más leal, no busca otras mujeres, pero es tan notorio su aburrimiento, observando lo que los demás hacen, tratando de hacerse de amigos.
Todos juntos, al implacable ritmo de la vida, reproduciéndose accidental o intencionalmente, con cualquier hijo o hija de la vecina que se atraviese, procurando no salirse de esa línea tan tajantemente marcada por su sociedad, la cual ni siquiera siente una empatía sincera por ellos. Todos obedientes trayendo niños al mundo, lo cual es bueno única y exclusivamente cuando se les trae en las mejores condiciones emocionales. Y malditos y malditas sean por su falta de ambición al traer a un niño a padecer la vida, en vez de disfrutarla.
Si bien me parece altamente admirable y deseable una madre soltera cuyo esposo haya fallecido, una mujer que no sabe elegir al padre de sus hijos me merece la misma sensación que el padre que voluntariamente se aleja de sus hijos, como si éstos fuesen una mercancía, o que el padre que no había querido alejarse pero al que simplemente le arrebataron a sus hijos y se cruza de brazos, dejando por ahí el destino de una criatura, copia tan exacta a sí mismo.
Esta nota me la inspiró el siguiente video:
En alguna parte del video comenta el locutor que las madres solteras son una fuente consumidora de recursos muy considerable, y que las mujeres son la llave del sexo y la reproducción.
Me parece cierto que un ser humano es una fuente consumidora de recursos, y es particularmente doloroso si no está en edad de producir y sólo está en edad de consumir. Reafirmo entonces mi idea de que una mujer que no supo elegir al padre de sus hijos es merecedora de la misma misericordia que el animalito macho que los engendró y se largó. En mi opinión, carece de autoestima quien levanta la chancla que un desaliñado maltrató y dejó caer. Y maldigo a esos individuos adultos por poner a unas criaturas inocentes en medio de un debate tan funesto.
Por otra parte, teniendo el contexto de mi opinión acerca de la sobre población [humana en este caso], como un serio problema que atenta contra la existencia y la dignidad, y sabiendo que considero que las personas deberíamos tener únicamente dos hijos con la misma o distinta madre, y aplicando esta medida tanto a hombres como a mujeres; me parecería bobo desperdiciar una de esas oportunidades con una mujer con tan poca inteligencia como para desperdiciar las suyas con quien sea. ¿Y por qué habría alguien de "alinearse a esa tajante línea pintada por la sociedad y que indica que todos debemos tener hijos propios"?... realmente no es indispensable, pero si es mi deseo convivir con mis genes frente a frente, participar en su desarrollo y observar qué de mi ya está ahí sin que yo diga nada, me parece una ofensa que alguien los desprecie tan desairada e interesadamente de manera tan calculadora.
No hay cabida para que haya madres solteras y desobligados, pero los seguirá habiendo mientras no cambien sus patrones de pensamiento.
Lennarth Anaya
Tan solo las palabras que vociferan demuestra por qué están en las condiciones en las que están. Una madre soltera susurró en alguna ocasión en una reunión de amigos "soltero maduro...". Algunos obesos deprimidos me han dicho "si no te casas eres gay". En ambos casos he analizado la vida de esas personas, una buscándole un padre a sus niñas, los otros llendo a tables para evitar llegar a su casa temprano, o buscando por ahí alguna mujer de moral ligera que le ayude a distraerse. Otro, más leal, no busca otras mujeres, pero es tan notorio su aburrimiento, observando lo que los demás hacen, tratando de hacerse de amigos.
Todos juntos, al implacable ritmo de la vida, reproduciéndose accidental o intencionalmente, con cualquier hijo o hija de la vecina que se atraviese, procurando no salirse de esa línea tan tajantemente marcada por su sociedad, la cual ni siquiera siente una empatía sincera por ellos. Todos obedientes trayendo niños al mundo, lo cual es bueno única y exclusivamente cuando se les trae en las mejores condiciones emocionales. Y malditos y malditas sean por su falta de ambición al traer a un niño a padecer la vida, en vez de disfrutarla.
Si bien me parece altamente admirable y deseable una madre soltera cuyo esposo haya fallecido, una mujer que no sabe elegir al padre de sus hijos me merece la misma sensación que el padre que voluntariamente se aleja de sus hijos, como si éstos fuesen una mercancía, o que el padre que no había querido alejarse pero al que simplemente le arrebataron a sus hijos y se cruza de brazos, dejando por ahí el destino de una criatura, copia tan exacta a sí mismo.
Esta nota me la inspiró el siguiente video:
En alguna parte del video comenta el locutor que las madres solteras son una fuente consumidora de recursos muy considerable, y que las mujeres son la llave del sexo y la reproducción.
Me parece cierto que un ser humano es una fuente consumidora de recursos, y es particularmente doloroso si no está en edad de producir y sólo está en edad de consumir. Reafirmo entonces mi idea de que una mujer que no supo elegir al padre de sus hijos es merecedora de la misma misericordia que el animalito macho que los engendró y se largó. En mi opinión, carece de autoestima quien levanta la chancla que un desaliñado maltrató y dejó caer. Y maldigo a esos individuos adultos por poner a unas criaturas inocentes en medio de un debate tan funesto.
Por otra parte, teniendo el contexto de mi opinión acerca de la sobre población [humana en este caso], como un serio problema que atenta contra la existencia y la dignidad, y sabiendo que considero que las personas deberíamos tener únicamente dos hijos con la misma o distinta madre, y aplicando esta medida tanto a hombres como a mujeres; me parecería bobo desperdiciar una de esas oportunidades con una mujer con tan poca inteligencia como para desperdiciar las suyas con quien sea. ¿Y por qué habría alguien de "alinearse a esa tajante línea pintada por la sociedad y que indica que todos debemos tener hijos propios"?... realmente no es indispensable, pero si es mi deseo convivir con mis genes frente a frente, participar en su desarrollo y observar qué de mi ya está ahí sin que yo diga nada, me parece una ofensa que alguien los desprecie tan desairada e interesadamente de manera tan calculadora.
No hay cabida para que haya madres solteras y desobligados, pero los seguirá habiendo mientras no cambien sus patrones de pensamiento.
Lennarth Anaya
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