Traición generacional

12/06/2014 Sen. Fernando Mayans - Participación: http://youtu.be/sFv3r8U42eU

Mi abuela Victoria, que en paz descanse, me contó sobre la poco usual colaboración de los mexicanos en el 36-38, bajo el mandato del general Cárdenas.

Cuesta trabajo entender el significado de riqueza cuando se carece de orgullo, cuando se considera más inteligente a cualquier extranjero y se deja de competir contra él intelectualmente y corremos al alcohol, los hombres, y a la rumba las mujeres, con el pretexto de que tenemos "otras cualidades"; pero cuando, sin embargo, en el fondo les admiramos, buscamos imitarlos y añoramos sus estilos de vida. Un centro comercial es más importante que nuestros manantiales y los cerros que podríamos recorrer en bicicleta, corriendo, o decenderlos en rappel. Temrina siendo más importante tener suficientes cines, que centros cívicos. Una pantalla plana es algo poca madre y más valioso, que las empobrecidas sierras y bosques Chiapanecos. Porque claramente entendemos que si no los.abanfonamos, si no entregamos lo mal llamado "recurso natural", no tenemos otra cosa que entregar a cambio de eso que nos han hecho anhelar.

Los juniors miserables hablan de Salinas como un visionario que supo entrarle con EEUU y promover el "desarrollo" (pantallas y smart phones) en México y que al fin nos parezcamos menos a esos desagradables indígenas, y más a los vecinos del norte. A eso es a lo que el diputado del video llama "envenenamiento de la cultura", y que también tiene la relación con la alimentación que él mismo comenta.

Sólo el buen entendedor notará la doble paradoja que cuestiono de la cultura del mexicano fiestero y poco inteligente, ahí sí muy orgulloso, y la del mexicano admirador de lo extranjero que desprecia lo indígena y todo lo que se le parezca.

El mismísmo Ghandi no fue suficiente punto de partida en la India, para que la corrupción no volviese a existir jamás en esa cultura, ¿qué podemos esperar de las hazañas que logren otros hombres y mujeres en otras partes del mundo si sus propios hijos no son capaces de siquiera estar a la misma altura?, la sangre y sudor de nuestros ancestros tirada directo al caño...

Lennarth Anaya

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