Como todo gobierno, por malo que fuese y aun cuando hubiese
traicionado una y mil veces los intereses de una nacionalidad,
reclama para sí el deber que tiene de mantener la autoridad del
Estado, el instinto de conservación nacional en lucha contra un
gobierno semejante tendrá que servirse, para lograr su libertad o su
independencia, de las mismas armas que aquel emplea para mantenerse
en el mando. Según esto, la lucha será sostenida por medios
"legales" mientras el poder que se combate no utilice
otros; pero no habrá que vacilar ante el recurso de los medios
ilegales si es que el opresor mismo se sirve de ellos.
En general, no debe olvidarse que la finalidad suprema de la razón
de ser de los hombres no reside en el mantenimiento de un Estado o de
un gobierno; su misión es conservar la raza. Y si esta misma se
hallase en peligro de ser oprimida o hasta eliminada, la cuestión de
la legalidad pasa a plano secundario. Entonces poco importará ya que
el poder imperante aplique en su acción los mil veces llamados
medios "legales"; el instinto siempre en grado superlativo,
el empleo de todo recurso.
Solo así se explican en la Historia ejemplos edificantes de luchas
libertarias contra la esclavitud - interna o externa - de los
pueblos.
El derecho humano priva sobre el derecho político.
Si un pueblo sucumbe en la lucha por los derechos del hombre, es
porque al haber sido pesado en la balanza del destino resultó
demasiado liviano para tener la suerte de seguir subsistiendo en el
mundo terrenal. Porque quién no está dispuesto a luchar por su
existencia o no se siente capaz de ello es que ya está predestinado
a desaparecer, y esto por la justicia eterna de la providencia.
El mundo no se ha hecho para los pueblos cobardes.
- Adolfo Hitler
Mi Lucha
Comentarios