Trascendencia

Al mismo Tlaloc le valía madre nuestros rituales infantiles, ¿por qué habría de importarme a mi ser apreciado en vida o post mortem?, incluso la opinión después de mi existencia va a variar acorde a la interpretación convenenciera o la pericia intelectual de individuos tan insignificantes como yo en un universo tan vasto y desinteresado de nuestra escencia. Pena me da quien anhela la trascendencia y vende su alma por la promesa de aquella.

Lennarth Anaya

Comentarios