La bomba del crecimiento

A veces no ya no me preocupa tanto que exista una cúpula sobre el resto de los seres humanos, me preocupa que toda la humanidad pueda ser una cúpula, y en su cómoda ceguedad logre su fin sobre el resto del planeta.


Entonces nace más gente, algunos chambean y... "prosperan", o sea, se vuelven ricos. Salieron a la calle a madrearse al de enfrente y se sienten bien chingones porque ya son ricos. Ok, entonces, el dinero "creado de la nada", debe tener un respaldo, pues esos nuevos genios que no cuestionan al sistema, y nomás salen a pelear como becerros en brama, van a optar por hacer algo con ese dinero que ya les dijimos que se ganaron. Entonces los gobiernos se ven forzados (sin mucho esfuerzo) a vender una porción extra de la madre tierra, que no nos pertenece, y así esos nuevos genios bien acomodados pueden disponer no sólo de vivienda para sus crías, sino de una industria que les dote de un montón de cosas materiales que puedan adquirir con ese dinero (en este caso, los servicios podrían ser una bendición para retardar la explosión). No importa si el modo de producción es Socialista, Comunista, Capitalista, Fascista o un chingado Feudo de antaño, no importan las derechas y las izquierdas, pues éstas sólo se pelean por la forma de DISTRIBUIR la rebanada del pastel, pero tienen la misma mentalidad materialista del crecimiento infinito. En algún momento no habrá madre tierra que respalde ese dinero creado mágicamente, equivalente al trabajo generado (también mágico-motivacionalmente y gracias a los espermas y los óvulos) y entonces el trabajo valdrá cada vez menos; cada vez con menos que lo pueda respaldar en un planeta privatizado totalmente, con alambres de púas dividiendo las miserables "propiedades" de cada familia y cada empresario, algunas no tan miserables por cierto, y el sentido humanista-religioso de la libertad reproductiva va a ser el único consuelo de las mentes idiotizadas por el consumismo, que irónicamente cada vez van a poder consumir menos. Y son tan brillantes que te dicen "que hay un chorro de espacio planetario aún", que no los jodas, que no los hagas pensar, que las cosas siempre han sido así y así están cómodos, aunque vivan en ciudades sobrepobladas y sólo duerman y  trabajen entre semana, y crean que es una bendición cualquier show mediocre televisivo y deportivo que puedan ver el fin de semana. Porque como el reo que ya no quiere salir de la cárcel en la que se siente seguro después de tanto, como el ave que regresa a la jaula en donde al menos vive segura, se terminen sintiendo a toda madre en sus super urbes en donde se ganan la vida en medio de un caos que al menos entretiene sus no muy reflexivas mentes.


No promuevo vivir a la intemperie como nuestros ancestros, que volvamos a confiar en el vecino, en sus buenos gustos musicales, en sus buenos modales de convivencia y que compartamos sanitario en una misma comuna. Propongo ver con malos ojos el crecimiento económico, ver con malos ojos que se sigan haciendo más y más viviendas, que se vea con malos ojos que las economías sigan en crecimiento, que no nos alarmemos cuando los malditos PIBs bajen en vez de subir. Que reciclemos los hogares de las personas que fallecen para posiblemente remodelarlas o rehacerlas y no tener que abarcar nuevos territorios. Que dejemos de pensar que "se necesita más gente joven que mantenga a la gente vieja", porque con esa maldita mentalidad cada vez se van a necesitar más seres humanos en la faz de la Tierra. Que la gente se ponga a hacer ejercicio físico y mental para poder ser autosuficiente toda su existencia y no necesite a nadie más que le mantenga, que tengamos un sistema lo suficientemente cívico como para compartir los excedentes con esos viejos que a nadie van a hacer daño, y que ni siquiera necesitarán demasiados bienes y servicios si no son educados con la mentalidad de la posesión como máxima meta para la plenitud, ancianos que serán felices viviendo, más que teniendo. Seres humanos que en vez de envenenar sus cuerpos cuando jóvenes, los cultiven para no llegar destartalados a su vejez. Jóvenes que no encuentren más divertido el último aparato electrónico, que es cómodo, que actividades deportivas que no devasten al planeta, y además adquiriendo seguridad en sí mismos, seguridad que tanto les falta y cuya carencia provoca que encuentren alivio en todas las banalidades de hoy.


La planificación natal no genera dolor y sufrimiento, ni en los inocentes bebés, ni en los hormonales adultos. No es necesario privarse de la experiencia de ser padres, de dos adultos se hace un niño, hasta dos niños por pareja mantendrían la población estable, y eso sin considerar la mortandad. Esperar a que se ahogue el niño, implicará ahora sí sufrimiento de los que ya están vivos.


Lennarth Anaya

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