Maestros sindicalizados


En estos momentos en la Ciudad de México los habitantes están pasando por la difícil situación de tener que soportar los bloqueos de los maestros, que cierran las calles para manifestar su inconformidad ante el gobierno por las reformas propuestas en materia de educación, que grosso modo, limitarían los privilegios que tienen actualmente para mantener su trabajo por medio de evaluaciones. La Izquierda Mexicana resalta que la propuesta de reforma va a provocar que los maestros sean amenazados, va a causar servilismo, y que las evaluaciones pueden ser una vía para poder retirar de su cargo, de manera legal, alguien que políticamente no sirvió a los fines. Se argumenta que no es posible evaluar de manera estándar a todos los maestros, siendo que un profesor en la ciudad tiene mejores oportunidades de prepararse y dispone de un acceso más sencillo a la educación. He aquí la voz de un maestro.

Al no ser escuchados por ninguna vía, se fueron a las calles a afectar a al ciudadano común. Ya en una ocasión, en semana santa de este año 2013, realizaron un plantón en una autopista muy concurrida por la cual se llega desde la ciudad de México a Acapulco, uno de los destinos turísticos favoritos para la clase media de este país. Familias completas, con niños y adultos mayores, estuvieron encerradas en sus vehículos durante más de 6 horas en la autopista. En la Ciudad de México lo mismo ha ocurrido con las vialidades más importantes y transcurridas, en una ciudad en donde de por sí no hace falta mayor apoyo para que el tránsito sea difícil y exasperante. Lo hicieron entre semana, mientras muchas personas realizaban sus labores.

Comentan personas de Izquierda que no les quedó otra alternativa. Mi interpretación de los argumentos y hechos observados es que una voz no fue escuchada, ni por el gobierno, ni por la propia ciudadanía, entonces la explosión social la merecemos todos, por medio de la fuerza, logramos llamar la atención, no atendiste mis derechos, violando los tuyos podrás servir a mi causa, unirte a esa voz que pide al gobierno su atención, quieras o no, ahora formas parte de mi causa. Somos simbiontes y eso queda demostrado cada vez que algún mal social sube demasiado de tono, no porque sea más grave, sino por el simplista hecho de que afecte a más personas.

Teniendo todos sus razones, comprensibles al menos, si no justificables, Claudio Alvarez ‏@clalvarezmin en tweeter comentó el 30 de Agosto a @galvanochoa "Con todo respeto a tu columna de hoy, estoy vs los maestros x q me han dado en la torre en mi chamba, no x q televisa dijo", en referencia a que la Izquierda comenta que nuestro odio a los maestros por estos bloqueos estaba influencia por la televisora más grande del país. El tweet me pareció de lo más claro, las personas estamos viendo, experimentando en carne propia lo que están haciendo, no pueden esperar que encima nos unamos a su causa. Las manifestaciones pacíficas se hacen a la orilla de la banqueta, donde se es visible pero no se impide el libre tránsito.

Una persona ex-maestro hizo un comentario en la radio, con la reportera Carmen Aristegui, que refería que la evaluación de los maestros que se llevaba a cabo hoy en día no era apropiada porque, por ejemplo, una pregunta dice "¿El maestro utiliza la bibliografía del plan de estudios?", el maestro alude a la libertad de cátedra y sugiere que los maestros podrían estar empleando libros aún mejores.

Yo, por mi parte, estoy en en desacuerdo en que maestros puedan emplear su propia bibliografía. Así como ellos pueden ser extorsionados políticamente por medio de las evaluaciones, ellos pueden extorsionar a los alumnos tomando el control total del programa de estudios que ellos mismos evalúan. Los alumnos quedan a su merced puesto que deben atender obligatoriamente a la enseñanza del maestro, la adopción del conocimiento queda totalmente bajo su control, bajo el control de un ser subjetivo que además es susceptible al poder, al ego, al capricho, al dinero, a la avaricia, al resentimiento, al ego. En nombre de la libertad de cátedra algunos crean su nicho monárquico estudiantil. Actualmente, en la mayoría de los colegios el progreso del alumno depende totalmente de la opinión del profesor, entonces sería absurdo contradecirle. La libertad de cátedra doblega totalmente la libertad de razonamiento del alumno. Teniendo el alumno la oportunidad de estudiar por su cuenta, no es sujeto de autoritarismos y asistirá a las clases del profesor cuando éste tenga algo adicional qué aportar. Es entonces cuando la libertad de cátedra tiene sentido, el "plus" que un alumno encuentra en un profesor por sobre los libros. Excelente alumno de Cálculo Diferencial e Integral que tuve me ayudó a asimilar el conocimiento de manera lógica y más acelerada de lo que habría yo podido lograr por mi cuenta, pero no fue así para la materia de Geometría Analítica, en la que encontré más clara la explicación en un libro. En caso de bibliografía de mala calidad, sería más fácil exigir mejor bibliografía a un solo ente público, cuyo material sea de libre acceso y todos podamos evaluar, que evaluar a millones de individuos/maestros la bibliografía que eligieron y exigirles una mejor, uno por uno.

Los profesores que se están manifestando se tientan el corazón por sí mismos, pero en la seguridad de sus empleos se están llevando de corbata el derecho de los niños a una mejor educación. El comprensible argumento de que un maestro en la sierra sabe menos que uno de ciudad, es un abierto reconocimiento de que los niños de la sierra merecen esa peor educación que uno de ciudad. Es anclarlos al nivel que se les puede dar por las deficiencias del maestro con tal de asegurar la economía de los mismos. Castigar la economía a futuro de los niños por la economía actual de sus padres.

Ese servilismo que el magisterio alude querer evitar con las reformas, lo promueven todos los días en los alumnos. Los alumnos prefieren tener contento al maestro en lugar de realmente aprender. Con tal de "panzar" una materia, entregan tareas muy estéticas y hasta costosas, tareas que no entendieron pero que se ven muy bonitas y justifican la labor del maestro en horas/nalga. Los alumnos prefieren la seguridad de pasar una materia, que el riesgo de aprender. Millones de egresados que prefieren asegurar las cosas, que desarrollarlas.

Todos esos alumnos sumisos no deberían estar condicionados a un reconocimiento de su talento a juicio arbitrario de un maestro. El maestro, si va a seguir existiendo, debe ser un apoyo, no un obstáculo.

Muchas mañas del lado derecho habrá detrás de todo esto también, pero en esta nota me centré en la parte del lado izquierdo.

Lennarth Anaya

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