El golpe de su vida

Juan Manuel Márquez sorprendió a Manny Pacquiao y al mundo entero cuando parecía que éste lo había "tocado" con algunas combinaciones y comenzaba a dominarlo. Márquez tenía aparentemente la naríz rota y se notaba que se movía como con cansancio, como si la respiración esuviera disminuída. La sangre en el rostro de Márquez y algunos movimientos titubeantes ocasionales en las piernas de Márquez hacían pensar que era su fin.

De pronto, lo impensable, sin haber mostrado síntomas de cansancio o lesión por los tremendos golpes que Márquez también le llegó a dar a Pacquiao, pues éste se veía aún entero, llegó el golpe que se ve en la imagen, Pacquiao se desvaneció como no se le había visto. Y ya, se terminó, una de las batallas más duras entre dos de los guerreros más respetados del boxeo terminó de pronto de esta manera.

No contento con la bolsa de la pelea y el dinero que merecidamente ha ganado en su carrera, no contento con su gran logro, Márquez dedicó su victoria a "nuestro señor presidente", que es Enrique Peña Nieto, del partido PRI, en México.

Me recordó tanto lo que he leído en mis libros de Historia, por un momento una náusea engañó a mi cerebro y le hizo creer que había escuchado por ahí las palabras "su alteza serenísima".

Si le preguntaran a Márquez a qué se dedicarán sus hijos, seguramente respondería sin pensar: "a la política, por supuesto".

Desde que Enrique Peña Nieto hizo oficial sus aspiraciones presidenciales, comenzaron a surgir figuras públicas que, de manera infantil o porfiriana, pretenden presumir a la luz pública su cercanía, o al menos su simpatía, por Enrique Peña Nieto. Antes de Peña Nieto no se había visto ya esta actitud, seguían habiendo compadrazgos, pero no de esta manera descarada. Incluso la población, cuya única relación con Peña Nieto es su voto y devoción, imitan esta misma actitud, ojalá que algunas migajas les alcancen a caer desde lo alto. La cultura posrevolucionaria de repartición de migajas provoca la ineficiencia productiva y la injusticia.

Gracias Márquez por ensombrecer tu triunfo haciéndonos recordar que hay golpes más importantes qie atender.

Lennarth Anaya


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