La industria de la destrucción

 Existe algo que se llama Oferta Monetaria, que es el dinero circulante que hay en una economía. Con ese dinero se pretenden comprar cosas (de lo contrario no serviría de nada). Esas cosas que podemos adquirir con nuestra Oferta Monetaria son Bienes y/o Servicios y se les denomina Base Monetaria. Una Base Monetaria alta significa mucha gente trabajando, mucha gente ofreciendo bienes o servicios para darle sentido a nuestra Oferta Monetaria y dar paso a una mejor calidad de vida de esas personas que poseen la Oferta Monetaria y, de paso, una mejor calidad de vida para las personas que generaron la Base Monetaria (en estricta teoría, todos). Ahora que todos forman parte en la Oferta Monetaria, todos quieren vivir mejor y requieren más Base Monetaria, lo que significa que se requiere trabajar más. Esto suena muy bonito, el ser humano trabajando más arduamente todos los días para mejorar la vida colectiva, y podría ser cierto cuando se trata de Servicios, implicaría que el ser humano hace algo, es decir, ofrece su mano de obra, lo cual no destruye nada. ¿Pero qué hay de los Bienes?, ¿de dónde vamos a sacar el sustento para seguir creciendo en la producción de Bienes de manera indefinida?, ¿quién va a poseer los medios de producción de esos Bienes y cómo se puede aspirar a distribuir algo finito si todos crecemos en caprichos y en número? Este problema es independiente del modo de producción, ya sea Capitalista, Socialista, Comunista, Escalvista y hasta Feudalista si sigue existiendo en algún lugar. Porque más allá de quién percibe las utilidades de la producción, el problema mayor no está en su distribución, sino en el (1)crecimiento.

 Entonces, ¿qué tan inconveniente es la inflación?, si nos está orillando a ser moderados en nuestro consumo. Tradicionalmente se piensa que el crecimiento es ambición y lo que no sea crecimiento (estancamiento o decrecimeinto) es mediocridad. Más allá de las leyes de las ciencias exactas, está la psicología del individuo, motor de todas las estupideces o grandes obras que podemos hacer. Sin ninguna exageración, el efecto de la codicia y falta de sencillez es devastadora a largo plazo para nuestra existencia. Nuestra pésima educación, tomada tan a la ligera durante tanto tiempo, nos orilla a pensar que el ambicioso de ideas y de vivencias, más que de propiedades, es, en realidad, mediocre.

 El crecimiento sustentable se encuentra en aquel que implica nuestra participación sin la transformación del medio ambiente, ya sea por la generación de ideas, o la utilización de mano de obra para reutilizar lo ya destruido. El consumidor requiere entonces mejorar lo que ya tiene en lugar de multiplicarlo. Si tiene un equipo de cómputo, mejorarlo en vez de querer tener varios, lo mismo con los automóviles o incluso las propiedades. Las exploraciones espaciales y terrestres serían menos destructivas en una economía de compartimiento del conocimiento, se podría evitar la devastación utilizando energías limpias, energías que hoy ni siquiera nos imaginemos, y cuyo resultado sería en verdad ambicioso, y no las supuestas ambiciones actuales en donde los seres humanos nos peleamos con todos por migajas. La Industria de la Construcción, que tanto presumen de benéfica para la vida pública, es de las que tiene el papel más difícil pues debe reinventarse para que crezca sin devastar. Veo posible no privatizar más espacio y construir destruyendo sobre lo ya destruido; pero en cuanto a su materia prima es ciertamente difícil, pues existen muchos materiales en la construcción que no se pueden reciclar y en este caso, no sólo el crecimiento, sino el sólo mantenimiento de los niveles de producción, sigue significando devastación. La Industria del Alimento es otra que no puede crecer sin devastar, pero no sería necesario que creciera pues cada individuo no come mayores cantidades de alimentos de forma indefinida. El crecimiento en esta industria es (2)"obligado" por la sobre-población, por tanto, es la Industria de la Fabricación de Obreros la que termina siendo destructiva pues presiona a la Industria de los Alimentos (y a todas las demás) a crecer indefinidamente aún cuando la buena educación de cada individuo, comentado en el párrafo anterior, fuese la apropiada.


 Nuestras economías están dejando de lado la existencia, la vida. Considerar la felicidad de la existencia no es filosofía, es ciencia, la ciencia de la conservación y coexistencia, nuestra razón de ser, el origen olvidado.


Tauro Mx

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(1) Las críticas al Capitalismo (incluso mías) son debidas a la pésima repartición de las riquezas. Yo critico al ser humano que, en cualquiera de sus modos de producción, discrimina a todos los demás seres vivos en dicha "repartición". A mis ojos, el Capitalismo es un modo de producción elitista al igual que el Socialismo.
(2) Dice una frase popular, "¿a quién le dan pan, que llore?"

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