Promesas

Qué sencillo es mentir en nuestra cultura occidental.

Un patán se comporta de lujo para conquistar a una chamaquita que "cae redondita". Y confía fácilmente porque  está necesitada de algo que desea de los demás; de tal forma que cualquiera que promete algo parecido a lo que anhela la convencerá sin necesidad de una gran actuación.

El consumidor, necesitado de bienes de calidad a un buen precio, escucha todos los días la frase "Venga a esta cadena de supermercados, ¡la más barata!". A los dueños de esas cadenas no les importa que no sea cierto lo que presumen, quien se de cuenta de la mentira no les va a comprar a ellos, quien no se de cuenta les brindará el beneficio de la duda y se convertirá en un comprador ocasional.

Los vendedores de una famosa consultora de sistemas informáticos ofrecen "las perlas de la virgen" a los clientes. Total, será problema del área operativa hacerlo realidad. Si no se cumple, la culpa es del área operativa, al final el área comercial cobra su bono por haber hecho "su trabajo", lo que se supone que es lo único que les debería interesar: la venta.

Las escuelas particulares ofrecen horarios flexibles, profesores altamente calificados, un alto nivel académico. Lo único que les importa en realidad es que el prospecto "muerda el anzuelo" y se inscriba, pensando que una vez cautivo, ya no buscará otras alternativas. ¿Qué importa?, ¿qué padre de familia podría evaluar si en verdad el nivel académico es bueno?, si muchas veces apenas hablan les preguntan "¿cómo te va en la escuela?" y se conforman con un "bien papá". Y no importa indagar más, pues para ello están las boletas de calificaciones, mismas que reflejan de forma tabular cifras que resultan de la invención del propio profesor que se supone que es "altamente calificado", ¿por qué no habría de ser fidedigna una boleta de calificaciones?, ¿por qué no sentir la confianza de que su hijo está teniendo una gran formación?. Por su parte, cuando el propio alumno se paga sus estudios, generalmente desea obtener un "papelito" que diga que estudió, ¿por qué habría de juzgar la educación que le estamos dando como institución si le estamos cumpliendo el dogma este de hueva de dejarle trabajos y calificarlo y todas esas cosas que se supone que como institución educativa debo ofrecer?, ¿cómo puede tener un parámetro para evaluarnos ese alumno si está conociendo el mercado a través de nosotros?... por eso no les interesa mentir a muchas "instituciones educativas" cuando venden sus servicios.

El profesionista, cuando asiste a sus entrevistas de trabajo, argumenta saber mucho más de lo que sabe, memoriza algunas metodologías que "están de moda" en el mercado, y como el reclutador tiene la instrucción de conseguir de manera inmediata, mano de obra calificada en las últimas tendencias del mercado, hace una lista de requerimientos y está feliz de encontrar con alguien que le está hablando justo de los términos que deseaba escuchar. Además la/el joven presume "ser una persona muy comprometida, que busca una empresa que le permita desarrollarse en la profesión que tanto le gusta". El reclutador ya hizo su labor encontrándolo, lo contrata y resulta que sus nuevos compañeros de trabajo, tarde o temprano descubren que realmente le gusta más percibir un buen salario, que ejercer su profesión; incluso, mientras menor esfuerzo se realice, mejor.

      Demagogia


Conmovedor, ¿no le parece?, al fin alguien que promete algo distinto, ni Arturo Montiel lo hacía mejor. Veamos una entrevista en donde se le sugiere invertir mejor los 13 millones de dólares que gasta en publicidad en pro de una mejor comunicación, su comunicación, porque no mejora la comunicación de los ciudadanos a los que debería servir:


Afortunadamente, el país al que pertenece este gobernante tiene otros grandes partidos de oposición, que reflejan la grandeza a la que aspira el pueblo que tanto aman. El siguiente video muestra la claridad de la política de un candidato de otro partido, quien humildemente desea lo mejor para el pueblo, sin ambicionar el poder o el beneficio propio:


Bueno, tal vez el video anterior no fue el mejor ejemplo de un político coherente, pero quien lo venció limpiamente... pues reconoció su juego sucio:


¿Por qué no prometer a un pueblo que perdona u olvida el descaro de sus gobernantes?, gobernantes que, con tanta pasión sincera por su pueblo, hicieron promesas y con una mano en la cintura les escupieron que todo fue una farsa cuando obtuvieron lo que deseaban.

¿Por qué no habrían de hacerse promesas todos los días entre los ciudadanos mismos?, promesas que saben que no cumplirán cabalmente, si forma parte tan arraigada de su cultura; una cultura de beneficio propio inmediato, una cultura de gente que deja en manos de terceros el trabajo duro y comparte o, de ser posible, apropia los beneficios.

Tauro Mx

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